El seguro de coche no únicamente ofrece cobertura al conductor y a su coche, sino que también ofrece protección contra los daños ocasionados a otros vehículos o bienes materiales que se vean involucrados en el accidente. Por lo tanto, protege al asegurado de los gastos derivados de un siniestro que de otra forma necesariamente tendrían que ser pagados de su propio bolsillo.
Además, un seguro de coche no es muy distinto de los otros tipos de seguros, ya que básicamente su objetivo es el de disminuir el riesgo financiero del asegurado. Debido a las grandes cantidades de dinero que hay en medio, las aseguradoras protegen sus intereses en primer lugar, por lo que todas ellas evalúan su propio riesgo en función del coche, la edad del conductor, su historial de conducción, etcétera.
Cuando el riesgo financiero aumenta, eso se traduce en el cobro de una prima alta. Coches deportivos y de lujo, suelen tener primas más altas ya que pueden viajar a mayores velocidades y son más propensos a accidentes, así como a los robos debido a su alto valor. La edad y la experiencia del conductor también son factores importantes, conductores jóvenes son más propensos a accidentes, pero incluso un conductor con experiencia y con historial de accidentes también es un riesgo para la compañía.